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mayo  17, 2024

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Ser abogado en tiempos de cambio

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Copyright 2024 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina

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Ser abogado en tiempos de cambio

Por Roberto Antonio Punte

 

En ocasión del día de los abogados me propuse considerar qué cosas son relevantes para la abogacía en épocas de cambio, donde todo parece ceder ante la anomia y el triunfo de la voluntad.-

 

Evidentemente, el abogado, por su particular formación, se encuentra vinculado a un universo en el cual es permanente el planteo de decisiones sobre valores, siempre en conflicto. Esto es así bajo cualquier regla de derecho, partiendo de la muy liminar de “vivir honestamente, no dañar a otro, dar a cada uno lo suyo”, o el imperativo categórico de que el propio actuar resulte equivalente a una regla universal del buen actuar; o dentro de los preceptos constitucionales y convencionales de sujeción y referencia a los valores de unión y paz- como contrarias a la discordia- para el logro de la prosperidad en la justicia, con su connotación de respeto de la persona y vida de todos, de lo adquirido por otro, ya sea en forma de propiedad o de derechos. Todo ello como muralla y cauce de lo inestable, lo cambiante, la agresión criminal, la violencia soterrada y la agresividad del individualismo feroz, ya sea de las megaempresas transnacionales, ya del más pequeño delincuente.-

 

La formación recibida se funda en que la realización personal de cada uno se cumple y culmina desde los otros y con los otros, no contra los otros. Por tanto, ser abogado siempre significa ser portador de valores, pero no en el vacío, como un actor en su escenario, sino en la alteridad, en el trato parejo con todos, como generador de su aplicación práctica. Y mucho más cuando las reglas básicas se resquebrajan y ceden las barreras más elementales. Llevar el estandarte de los valores obliga a marchar como guía y condena al riesgoso ejercicio de la ejemplaridad propia de ese liderazgo. La gente acude a nosotros para soluciones, para consejos, para apoyo y para contención, para que demos sentido a tantos hechos inexplicables de malicia e injusticia, de lo frágil de la vida, de la ruptura de los acuerdos, de la falta a la palabra empeñada, del agravio y la mala fe.-

 

Constantemente nos encontramos con preguntas y cuestionamientos que en definitiva ponen en duda la creencia en el otro, en la justicia del mundo, y aún de la posibilidad de fe en un Dios bueno. Y esto nos fuerza a sostener en otros la esperanza.-

 

Todas estas cosas son buenas para recordar en el día del abogado, teniendo presente que mucho más allá de los consejos que nos diera en su momento el maestro Couture, hoy por hoy, ser abogado y promotor de la justicia, requiere tolerar, tener paciencia, creer en los valores, unirse en solidaridad con los pares, superar los rencores, y sobre todo comprender que no sólo es un medio de vida sino también un modo de vida.-

 

Todo esto de alguna manera debemos recrearlo en un tiempo de anomia, cuyo núcleo consiste en la pérdida de valores comunes y compartidos, y la puerta abierta para el más feroz individualismo, bajo la salvaje regla ética de que el éxito y la ganancia rápida todo lo justifican y que la única justicia consiste en ser rico y tener poder. La transgresión aplaudida significa reemplazar las rotas reglas generales de la convivencia por una neo-regla, la del propio deseo, el propio capricho, como guía de las decisiones y conductas. Estamos asistiendo bajo capa de hipocresía multicultural a un festival globalizado de los poderosos que se festejan a sí mismos en un certamen de darwinismo social.-

 

El aprendizaje que debemos hacer es que el individualismo se supera desde la solidaridad y la anomia desde la construcción en valores, pues nada dado se conserva por sí sólo. Ni el orden, ni la paz, ni la seguridad, ni la justicia, ni la propiedad son elementos estables. La corrosión del tiempo, la agresión, los incumplimientos, los desconocimientos, las envidias, rencores e ignorancias destruyen los más sólidos vínculos. Hay una tontería básica en las actitudes conservatistas ya que no es guardando que se cuida, pues sólo recreando constantemente se supera la destrucción. Sólo renaciendo, se crece.-

 

Citar: elDial.com - CC2973

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